AMOR LEJANO

Qué es el Amor a distancia:

El amor a distancia es el sentimiento de afecto que hay entre dos personas aunque se encuentren geográficamente separadas.

El amor es un sentimiento que se basa en el afecto, el respeto, la lealtad, el compromiso, la honestidad, la compresión y la valoración que se profesan dos personas de manera recíproca.


Para que el amor surja no existen fórmulas: el amor es un sentimiento libre que no atiende a barreras físicas o mentales, que no se detiene en las diferencias (edad, color de piel, religión, clase social, sexo), y que tampoco puede ser condicionado por distancias geográficas.

Así, el amor a distancia ocurre cuando se da la circunstancia de que las personas involucradas en una relación no viven en la misma ciudad, país o continente por diferentes motivos, y no pueden verse frecuentemente en persona, sino unas cuantas veces al mes o al año.


Hoy en día, no obstante, con las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, el amor a distancia tiene posibilidades que eran impensables hace años: internet, redes sociales, plataformas de mensajería instantánea, videoconferencias. Todas estas herramientas permiten que las parejas se mantengan en contacto de manera permanente, sin importar en qué lugares estén.

Vea también El significado de decir te amo en imágenes.

La distancia no tiene por qué ser, sin embargo, una circunstancia permanente; puede tratarse de algo temporal: uno de los dos se ve en la necesidad de vivir en otro lugar por motivos de trabajo o estudio, y debe vivir por un tiempo definido en otro lugar.


Asimismo, puede ocurrir que la pareja se haya conocido inicialmente a través de internet, y que la circunstancias de vivir en lugares diferentes pueda solucionarse con el tiempo y con la evolución de la relación, llegando al momento en que ambos decidan vivir juntos, en un mismo lugar.

ESE AMOR; PUEDE SER PARA SIEMPRE .

Hoy en día, cada vez es más sencillo abandonar a la pareja, incluso en el caso de que se compartan hijos, y muchos optan por tomar el camino más fácil. Pero tanto la sabiduría popular como la psicología nos descubren de qué manera podemos mantener la llama viva durante muchos años, a partir de la experiencia de muchas parejas que han permanecido unidas hasta la muerte contra viento y marea. ¿Cuáles son esas herramientas que podemos utilizar para que nuestro ser más querido siga siéndolo hasta el final?


    Expresa gratitud

Nuestra pareja seguramente hace por nosotros mucho más de lo que pensamos, pero solemos fijarnos únicamente en aquello que no hace. Por eso, dar las gracias ante una buena comida (o haber tenido la iniciativa de fregar los platos) puede marcar la diferencia.

    Crea momentos especiales

Durante los primeros años, cada minuto pasado con la pareja parece una eternidad que será recordada para siempre. Sin embargo, a medida que pasa el tiempo es cada vez más complicado que se graben en nuestra memoria a largo plazo los buenos momentos, mientras que sí rememoramos los malos. Es necesario hacer un viaje ilusionante de vez en cuando, o reservar un tiempo de calidad para los dos, con el objetivo de que los buenos momentos no sean únicamente un recuerdo del pasado lejano.


    Mantén ilusiones

Irse a vivir juntos, casarse, tener descendencia… La pareja va superando etapas hasta que hay un momento en el que parece que poco más se puede hacer. Por eso, fijar alguna meta en el futuro, aunque no sea tan relevante como las citadas, ayuda a la pareja a remar hacia un mismo objetivo de manera conjunta.

    Reíd juntos

Dada la importancia de compartir emociones, si todas las interacciones están marcadas por los reproches o las rencillas pasadas, la situación sólo puede empeorar. No hay nada mejor para darle un empujón por el buen camino a la relación que compartir risas sinceras.


    Discute, pero sin faltar al respeto

Como decíamos, mostrarse en desacuerdo con determinadas cuestiones que atañen a la pareja es natural, y ello puede dar lugar a discusiones más o menos enconadas. Sin embargo, estas nunca pueden cruzar la línea de la falta de respeto, puesto que una vez que se ha atravesado, ya no hay marcha atrás.

    Expresa lo que necesitas

Todos queremos ser amados, pero aparte de eso, necesitamos muchas cosas más. En ocasiones es difícil que la otra mitad de la pareja comprenda en todo momento nuestro estado de ánimo o lo que necesitamos (que puede comprender del apoyo moral en un momento difícil a un simple vaso de agua), por lo que expresar en voz alta cómo nos sentimos puede ser de gran ayuda para que nuestra pareja nos ayude.

    Sal de la rutina

No hay nada más dañino para una pareja que pasar décadas haciendo lo mismo todos los días. La novedad libera la oxitocina, la llamada “molécula del amor”, por lo que cambiar nuestras costumbres puede ser el camino más corto para recuperar la pasión perdida.


    No debemos ser destructivos

Todos los desencuentros con la pareja –que los habrá– deben tener como objetivo mejorar la convivencia y elevar la calidad de vida de ambos, no tirar por tierra lo que tanto ha costado construir. Por ello, aunque en momentos no podamos contener la rabia, debemos contar hasta 10 si no queremos que una palabra acabe con años de amor.


  • Llama a tu pareja durante el día

La vida contemporánea nos arrastra en su torbellino, pero muchos psicólogos recomiendan ponerse en contacto al menos una vez al día con la pareja para ver qué tal le va. La explicación, más allá de lo obvio (es otra manera de establecer una fuerte conexión) es que de esa manera sabemos qué podemos esperar de nuestra pareja cuando lleguemos a casa y estaremos preparados psicológicamente para ello.

QUE PASA SI EL AMOR; ES MUY RAPIDO

 Hay amores a primera vista que nos hacen ir muy de prisa en una relación de pareja. Ahora bien, no es bueno quemar etapas en un vínculo afectivo. Precipitarnos y darlo todo sin pensar, puede hacer que tarde o temprano nos arrepintamos.Ir muy rápido en una relación de pareja puede suponer, en ocasiones, precipitarnos al vacío del arrepentimiento. Porque a veces sucede, el amor nos cautiva en un momento dado y al poco, la pasión nos ciega y arrastra hasta hacer de las emociones anclas que nos llevan a la deriva y sin un rumbo claro. Siempre hay excepciones, claro está, pero las prisas no suelen ser buenas aliadas.


La necesidad por quemar etapas en un vínculo afectivo puede hacer, por ejemplo, que una pareja inicie una vida en común a la semana de haberse conocido. También sucede que se decida por un enlace, por formalizar en pocos meses ese amor a primera vista. Algunos incluso culminan dicha pasión con el nacimiento de un hijo. Más tarde, muchas de esas decisiones impulsivas se transforman en desencuentros.

Acertar o errar depende de múltiples factores, como la edad, la experiencia, la personalidad de la pareja, las habilidades emocionales y la madurez psicológica. El amor es una aventura en la que a veces logramos un maravilloso proyecto en común y otras cometemos un fracaso más del que aprender. Sea como sea, siempre hay consecuencias que deberíamos prever.

¿Cuáles son las consecuencias de ir muy rápido en una relación de pareja?

Hay un consejo no escrito que nos recuerda que cuando se trata de amor o sexo, cuando más lento vayamos, mejor. Sin embargo, esto nunca es fácil de recordar ni de controlar. La fiebre del enamoramiento nos lleva en ocasiones a saltar al vacío y sin paracaídas, para adelantar etapas sin meditar antes si estamos siendo quizá demasiado impulsivos.

Un ejemplo, estudios como los realizados en la Universidad de Cornell (Nueva York), nos señalan algo interesante. En una muestra de 600 parejas se evidenció que aquellas que habían ido muy rápido en su relación, como por ejemplo, tener sexo en la primera cita y hacer vida en común a las pocas semanas o meses no siempre daba buen resultado.

El índice de rupturas posteriores era elevado. Obviamente hay excepciones,


pero por término medio apresurarse no trae la felicidad ni la estabilidad. Conozcamos por tanto algunas de las consecuencias de ir muy rápido en una relación de pareja.

Después del enamoramiento, descubrimos que no hay amor

El enamoramiento es un sentimiento inyectado por la pasión, el deseo y la atracción. Hay relaciones efervescentes, de las que nos atrapan por su intensidad, por el placer sexual y la grata sensación de estar enamorados. Sin embargo, al poco tiempo toda esa efervescencia baja y llega la calma, la cotidianidad y la rutina.


Es entonces cuando descubrimos que más allá de la pasión… No hay amor. No existe una alianza sólida, el cariño que enhebra el día a día y la magia de las cosas sencillas. Descubrimos, casi sorprendidos, que no compartimos los mismos valores, que cuesta llegar a acuerdos y que ni tan solo hay coincidencias en los planes de futuro..

 ¿Con quién estoy compartiendo mi vida?

La atracción, la pasión y el enamoramiento aplican en nosotros un filtro extraordinario. Todo brilla, la otra persona reluce en la perfección absoluta y proyectamos en él o ella mil virtudes, cientos de competencias y bondades. Ahora bien, una de las consecuencias de ir muy rápido en una relación de pareja es que, como suele decirse, llega un día en que ese filtro se desactiva y vemos la realidad del otro sin pixelar y sin capas doradas.


De pronto, nos preguntamos con quién estamos compartiendo nuestra vida. Esa persona que está a nuestro lado no solo es una desconocida, es alguien que no armoniza en absoluto con lo que somos y esperamos de una relación afectiva.

Esa relación era un modo de olvidar otra relación pasada (y no sanada)

En ocasiones, esa necesidad por quemar etapas, por apresurar los tiempos y hacer de ese desconocido una constante en el día a día responde a necesidades soterradas. Son muchos los que inician relaciones para olvidar otros vínculos pasados que fueron dolorosos. Las relaciones liana (enlazar una pareja tras otra) tiene este competente.


Asimismo, hay otro hecho evidente. Ir deprisa provoca que todo sea intenso, que esas emociones efervescentes tapen los dolores pasados y, por un tiempo, casi todo resulte catártico. No obstante, al final llega ese día en que dicha relación deja de parchear las heridas del ayer para hacer del presente un nuevo sinsentido.

Demasiada intensidad te está pasando factura

Otra de las consecuencias de ir muy rápido en una relación de pareja es la intensidad emocional y el poner la atención, casi de manera exclusiva, en la otra persona. El pensamiento se focaliza en el otro obsesivamente, solo importa la relación, todo lo que hacemos se orienta hacia él o ella, el nivel emocional siempre es intenso, desbordante, adictivo…


Finalmente, es común llegar a sufrir agotamiento psíquico y percibir que nos estamos olvidando de nosotros mismos.

Ir muy rápido en una relación de pareja: cosas que no sabías sobre esa persona

Acelerar los tiempos en el amor puede hacer que pasemos por alto aspectos que a menudo, son decisivos. De un día para otro puede surgir algo imprevisto que nos deje desconcertados. Puede que esa persona crea en las relaciones abiertas, en el poliamor y que mantenga de forma paralela más de un pareja.

Asi mismo, también puede darse el hecho de que sea una persona con algún tipo de adicción o que simplemente arrastre consigo complejos problemas familiares de los que no nos había hablado. Todo ello son situaciones que no siempre vemos en las primeras etapas, por ello, siempre es mejor ser cautos y prudentes a la hora de decidir siguientes pasos. 

COMO ENCONTRAR UN AMOR

Mucha gente tiene como propósito en la vida encontrar a su media naranja, el amor de su vida o su príncipe azul. Tanto es así que se convierten en personas que están frustradas porque no saben qué hacen mal o por qué no consiguen una pareja duradera. Pero lo que no entienden es que para encontrar pareja antes deben conocerse y quererse a sí mismos.

Evidentemente ni yo ni nadie tiene una varita mágica para lograr que encuentres pareja. Leyendo este artículo no tendrás la solución a todos tus problemas, ya que necesitas hacer cambios y hacerlos de una manera constante, pero creo que es importante cambiar el concepto que tiene la gente con respecto a encontrar pareja.

Antes de dar con las claves para encontrar pareja, es importante destacar que lo principal es rebajar tus expectativas, es decir, que encontrar pareja no sea tu prioridad. Céntrate en ti mismo/a y eso te ayudará a estar mejor. Encontrar pareja dejará de ser tan importante y relajarse también ayuda a que las cosas fluyan más.



¿Cómo encontrar pareja?

Para buscar una pareja seria y estable no existe una receta mágica. A pesar de contar con las mejores páginas para encontrar pareja o los trucos psicológicos para sacar a relucir lo mejor de ti, la realidad es que el secreto para encontrar novia o novio está en tu interior. Quererte a ti mismo/a es una de las recetas para conseguir la pareja que quieres a tu lado. Los psicólogos creen que para saber cómo encontrar el amor, debemos tener en cuenta los siguientes consejos.

1. Deja de buscar a la desesperada

Lo primero de todo y más imprescindible es que para encontrar pareja no hay que ir buscando a alguien en cualquier esquina. Un error que suele cometer mucha gente es conocer a chicos o chicas sin filtro en páginas para buscar una pareja. Tienen tantas ganas de conocer a alguien que


vale la pena que se lanzan a la primera de cambio con el primero o la primera que se cruza por su lado y eso es un fracaso asegurado. Para conocer a una pareja hace falta saber qué es lo que buscamos en el otro y como somos nosotros mismos.

2. Sé tú mismo/a, no finjas

Todos intentamos causar una buena impresión en una primera cita. Mostramos lo mejor que tenemos y evitamos a toda costa que salgan a la luz nuestros defectos. De este modo, a veces no encontrar pareja es precisamente la señal de que quizá estamos mostrando nuestro yo ideal en vez de nuestra verdadera cara.


3. Trabaja tus dificultades

Si no te gusta ser celoso/a, trabájatelo e intenta confiar en la gente que te muestra que puedes serlo. Por lo contrario, si tienes baja autoestima intenta subirla, valora quién eres y lo que mereces de una manera honesta. Es decir, cualquier rasgo de ti que no te guste se puede cambiar, a eso se le llama crecimiento personal. Puedes hacerlo por tu cuenta o con ayuda profesional. Trabajarlo no sólo te hará más fácil la tarea de encontrar pareja sino que te permitirá a sentirte mejor contigo mismo/a, algo que será una de las claves para conseguir pareja.

4. Haz un poco de autocrítica

Detecta los errores que sueles cometer cuando tienes pareja o cuando estás buscando pareja, echa la vista atrás y valora relaciones anteriores. Mira en qué has podido equivocarte y rectifícalo. ¿Eres quizás demasiado absorbente? o por el contrario, ¿vas demasiado a tu bola y piensas de la misma manera que si no tuvieras pareja? En vez de preguntarte cuando encontraré el amor, puedes dedicar esos pensamientos a corregir esas actitudes que frenan que puedas conocer a una persona especial.


5. Respeta y valora a la persona que estás conociendo

A veces se intenta ir de duro y te pones una coraza para protegerte o has sufrido en relaciones anteriores y lo pagas con la persona que tienes delante, ya que con el ex o la ex no ha sido posible. Piensa que la persona que estás conociendo no puede ser tu saco de boxeo. Trabaja tu coraza o las heridas de tu pasado, pero que no pagues el pato la persona que no se lo merece. A veces el no mostrarte o ir directamente a hacer daño puede boicotear esa posible relación.

6. Deja de plantear el compromiso

En algunos casos la búsqueda de pareja puede ser con el fin de intentar establecer un compromiso para toda la vida. Es necesario que antes de buscar pareja por internet o a través de actividades o aficiones,  dejes de lado este tipo de ideas. A pesar de que quieras una relación formal, no necesitas a una persona para toda la vida. Este tipo de ideas vienen de la mano de mitos del amor romántico. No somos una media naranja que busca su mitad, somos seres completos buscando a alguien con el que establecer una relación que nos ayude a evolucionar.

7. No lo fuerces

Algunas personas desean tanto encontrar el amor que sienten la necesidad de forzarlo en cualquier cita. Deja de ver cada persona como la ‘única’ opción para formar un vínculo. A pesar de que desees buscar una pareja seria y estable, la clave para conseguirlo es precisamente experimentar con diversas personas. Intenta dejar de buscar el amor de tu vida y verás como a través de centrarte en el conocimiento personal y de los demás darás con esa persona.

Como podemos observar el autoconocimiento y el bienestar personal son más que necesarios para poder dejar de decir ‘no encuentro pareja’. Por ello, si sientes que no estás bien por dentro, un psicólogo profesional puede ayudarte a lograr tu objetivo personal y amoroso.


1. Madurez emocional

Todo el mundo tenemos nuestros defectos y virtudes. Pero, la mayoría de personas que quieren buscar a una pareja seria para formar un vínculo no quieren la perfección, sino la madurez emocional. Esto significa estar abiertos a pensar y aprender sobre nosotros mismos para poder evolucionar constantemente. De esta forma, la inteligencia emocional es esencial para encontrar el amor.

2. Abierto de mente

Al buscar una pareja estable no debemos intentar cambiar a los demás para que se amolden a nuestro ideal, sino ser abiertos de mente ante cualquier problema que se nos presente. Por ello, es esencial tener presente que debemos fomentar una comunicación abierta y honesta para conocer a una pareja con la que pasar grandes momentos juntos.



3. Honestidad

Ser honesto es otra de las cualidades que las personas buscan cuando quieren encontrar el amor o una pareja estable en sus vidas. Las mentiras, o los autoengaños son un reflejo de que algo está yendo mal dentro de nosotros mismos. Además la confianza es fundamental para que una relación pueda progresar en el tiempo.

4. Respeto y sensibilidad

Otra de las habilidades que nos ayuda a encontrar novia o novio será ser respetuosos con los demás. Una gran capacidad que tienen las personas que trabajan en sí mismas es animar a los demás a ser ellos mismos, sean como sean. De esta forma, es muy fácil sentirse amado cuando alguien te anima a ser la mejor versión de ti mismo/a. Por ello, el respeto y la sensibilidad son dos rasgos que puedes trabajar cuando estés buscando novia/a por internet o en cualquier lugar.


5. Independiente

La dependencia emocional es uno de los defectos en una persona que puede llegar a causar daños en una relación. Para que alguien llegue a conocer a la pareja de sus sueños es necesario que crea que él puede seguir su vida sin esta. La independencia significa amar sin necesitar de los demás para poder ser feliz.

6. Empático/a

La empatía es la capacidad de poder escuchar a los otros y ayudar a mejorar sus defectos o problemas. Al encontrar novia/o esta es una de las cualidades que más valoran las personas. Esto es debido a que cuando estamos mal, necesitamos a nuestro lado a alguien que esté dispuesto a escucharnos.

LOS RENCUENTROS

Los primeros amores siempre están ahí", solía decir Antonio Gala, y así parece ser. Uno de los retos que se han de afrontar en muchas relaciones es la reaparición imprevista (y, en muchos casos, indeseada) de un viejo amor de alguno de los dos miembros de la pareja, una circunstancia que en numerosas ocasiones hace que la pareja se tambalee. "A veces nos olvidamos de que vivir con otra persona lleva implícita una rutina.


La aparición de una antigua pareja o amante en nuestra vida actual rompe toda esa rutina, nos hace soñar con el pasado y recordar cómo nos sentimos hace tiempo, quiénes fuimos y por lo tanto nos hace plantearnos quiénes somos ahora", señala 
María José Pérez Fernández-Manchón, psicóloga que trabaja regularmente en terapia familiar y de pareja. "Siempre que la relación acabase de forma agradable y que los recuerdos no sean dañinos, se despertará en nosotros un sentimiento de anhelo, ya que es muy importante sentirnos deseados, más aún cuando ese deseo lo vuelve a provocar después de mucho tiempo quien un día fue tu novio o novia".

Shirley P. Glass ha tratado problemas de pareja desde finales de los años ochenta, y en su trabajo ha descubierto que diversas nociones sobre la infidelidad popularmente compartidas no son tan veraces como la mayor parte de la gente cree. Su experiencia ha sido recogida en Not Just Friends, un ensayo publicado en 2003 por Free Press cuya tesis principal es que partimos de ideas equivocadas a la hora de abordar una situación de infidelidad. "Suele pensarse que un desconocido que irrumpe en nuestras vidas es el perfil del sujeto que puede separarnos de nuestras parejas, pero las amistades, las relaciones laborales e Internet son las principales amenazas para nuestros matrimonios", argumenta. Y entre todos esos grupos, el peor es el de las antiguas parejas que, un buen día, vuelven a hacer acto de presencia. "Cuando antiguos amantes se encuentran, especialmente aquellos que nunca llegaron a consumar su relación, tienen que realizar un gran esfuerzo consciente para controlar sus sentimientos y evitar volver a caer en la tentación. Es difícil encontrarse sólo una vez y recordar tiempos mejores sin reavivar viejos sentimientos. Pensar que el amor por su pareja actual les parará no suele ser suficiente"


Parejas para siempre

Un estudio realizado por la Universidad de Virginia a partir de las declaraciones y reacciones de un grupo de recién separados señalaba que es lógico que se intenten olvidar aquellas relaciones que fracasaron, como un mecanismo de defensa. Sin embargo, también se descubrió que "aunque esta estrategia es normal, la mayor parte de las veces no hace más que empeorar las cosas. Cuanto más énfasis se pone en sacarse de la cabeza una relación fracasada y no deseada, con más facilidad vuelve ésta a nuestros pensamientos. Y si por el contrario, nos encontramos ante una historia que ha terminado mal pero sigue siendo deseada, las reacciones emocionales de esta persona pueden agudizarse". Es lo que ocurre cuando nos reencontramos con alguien a quien deseábamos, pero las circunstancias externas nos separaron: nuestros sentimientos seguramente serán mucho más fuertes que ante alguien a quien acabamos de conocer, puesto que compartimos un pasado en común que percibimos como ideal, y pretendemos ajustar cuentas con el mismo.


Cuando estamos sin pareja, quedamos y pasa lo que pasa

"Siempre hay un deseo de saber qué hubiera pasado, o si ahora volvería a pasar lo mismo que aquella vez… pero ahora son dos personas distintas a aquellas, y si no queremos cambiar al otro y hay unas bases claras y asentadas, ¿por qué esta vez no va a salir bien? Existen parejas que maduran juntos y otras lo hacen por separado, sólo que se volvieron a encontrar en el momento justo y habiendo superado cada etapa, vuelven a formarse y perduran en el tiempo", apunta a tal respecto María José Pérez.


Miguel Ángel y Patricia mantienen una relación curiosa. Se conocieron en el instituto, donde formaron pareja durante esos años de conflictiva adolescencia. La Universidad, por parte de ella, y el trabajo, por parte de él, los separaron. Hasta que unos años y varias relaciones más tarde, cuando ambos se acercaban a la treintena, retomaron su relación donde la habían dejado. Sin embargo, volvieron a encontrarse con algunos problemas del pasado, y ambos decidieron, por segunda vez, que no estaban destinados a vivir juntos. Patricia estuvo a punto de casarse con su siguiente pareja, mientras que Miguel no volvió a disfrutar de una relación estable. Y ahora, a los treinta y seis años, vuelven a darse una tercera oportunidad. "No sé decirte muy bien por qué", cuenta Miguel, "pero siempre que nos encontramos sin pareja, terminamos quedando, y al final pasa lo que pasa. Creo que lo que ocurre es que es la mujer de mi vida, y que a pesar de las dificultades, estoy destinado a terminar con ella. Ahora mismo, no me quejo". Este es uno de los factores que se repiten en este tipo de relaciones. "La gente que es capaz de reconectar y volver a enamorarse de la misma persona siente que su amor es único, más especial que el del resto", afirma sobre tal punto Shirley P. Glass.

El paso que nunca debería darse

Una herramienta que ha impulsado el retorno de muchas parejas a nuestras vidas son las redes sociales en Internet. De hecho, Miguel y Patricia volvieron a establecer contacto gracias a una de ellas. Cuando una relación termina, es común no volver a saber de la otra persona puesto que ello implicaría que uno de los dos diese el primer


paso, pero esta actitud favorece que tarde o temprano nos volvamos  a poner en contacto con aquellas personas con las que mantuvimos relaciones románticas. Además, a este factor hay que sumarle la privacidad que garantizan las redes sociales, y que provoca que sea más sencillo traspasar ciertas líneas. Citarnos con un ex a escondidas de nuestra pareja probablemente parecería inapropiadopero sin embargo, mantener un intercambio constante de mensajes a través de estos medios parece estar permitido pues "no se hace nada malo", y además, nos encontramos a resguardo de la mirada de los demás y de las constricciones sociales. Pero como ya hemos visto, este primer paso puede conducir a otros que nos lleven aún más lejos.

Este tipo de relaciones intermitentes y prolongadas a lo largo del tiempo han sido material de primera para novelas o películas románticas, casi siempre desde perspectivas totalmente opuestas. Por un lado, la positiva, que es la que ilustra el best-seller de David Nicholls Siempre el mismo día, recientemente adaptado al cine por la directora Lone Schefrig en una película protagonizada por Anne Hathaway. En ella, sus dos protagonistas se encuentran (y desencuentran) en repetidas ocasiones a lo largo de veinte años, en una relación que oscila entre la amistad, el cariño y finalmente, el amor. Pero por otra parte, estas relaciones encuentran otra declinación como muestras ejemplares de la fatalidad del amor en su vertiente más romántica: es el caso, por ejemplo, de La mujer de al lado de François Truffaut o la novela de la mexicana Laura Esquivel Como agua para chocolate.


Creamos un espejismo y percibimos el pasado como si fuera modélico

Las posibilidades de éxito de dichos revivals amorosos son, sin embargo, dudosas. Pero Nancy Kalish, investigadora y profesora de la Universidad de California descubrió, en su estudio publicado a mediados de los años noventa, que en un 72% de situaciones dichas parejas permanecían juntas, un porcentaje que se elevaba al 78% en el caso de que la separación de la misma se hubiese producido por razones ambientales, externas a los miembros de la pareja.

Una perspectiva optimista que se opone al casi 30% restante en el que la memoria selectiva nos lleva a crear un espejismo, ya que nos hace recordar lo bueno y no los problemas que no fuimos capaces de superar. El doctor Cecilio Paniagua establece, a tal respecto, que "la ecuación 'recuerdo = reproducción de la realidad objetiva' es una falacia. Buscamos con ahínco en el presente lo hermoso de nuestro pasado, lo que sentimos que dio significado positivo a nuestra existencia. Pero con frecuencia sucede que el presente es poco halagüeño y choca demasiado con las imágenes idealizadas de otras personas del pasado. Esto acentúa la tendencia a evocar como modélico lo pretérito".