AMOR DE TEMPORADA

 

  Las vacaciones son sinónimo de descanso, buenos ratos y muchos amigos. Es una época en la que nos relacionamos con nuevas personas, por eso es tan común que aparezcan los famosos amores de verano.

Los amores de verano se caracterizan por ser esas relaciones que van súper bien durante los días de descanso pero que, en muchas ocasiones, se terminan una vez se acaban las vacaciones. Nosotras te queremos compartir las ventajas y desventajas de este tipo de amor y algunos tips para sobrevivir en este tipo de relación.


¿Qué es el amor de verano?

Los amores de verano en su mayoría son por casualidad y se crean fácilmente,  porque en nuestro tiempo libre de vacaciones podemos hacer diversas actividades que aumentan nuestras relaciones sociales y tenemos más posibilidades de conocer nuevas personas.

Es muy genial cambiar la rutina y hacer cosas que normalmente no podemos, donde experimentamos más espacio para la diversión y por qué no ¿probar algo nuevo como un amor pasajero?

Si decides vivir esta experiencia y conoces a una persona que te guste, debes concientizarte desde el principio que no es un noviazgo sino un amor de vacaciones. Disfruta pasar el tiempo con esa persona, conócela y vive cada emoción intensamente.


Recuerda que no se conocen del todo y no hay casi compromisos entre ustedes, y quizás en algunos días o semanas se irá para su ciudad y no tendrás la certeza de volverla a ver.

¿Qué es lo bueno y malo de los amores de verano?

Las ventajas de tener un amor en verano es que este romance te permite  comenzar una relación donde ambos quieren vivir intensamente el momento, y a la vez compartir muchas emociones para guardar los mejores recuerdos de las vacaciones.

Tienen más tiempo para conocerse y compartir juntos: los días de descanso, les ayudarán a verse sin afanes o excusas. Así podrán crear recuerdos inolvidables y hacer miles de actividades.Tus vacaciones serán mejores que nunca: Las mariposas en el estómago, sentirte querida y con una súper compañía, hará que disfrutes estos días de descanso como nunca. Además, tendrás planes todos los días y será muy divertido.

Todo será más natural y espontáneo: olvidarse del estrés que les genera el colegio, la oficina o el día a día, les permitirá ser ustedes mismos y conocerse como realmente son, sin factores externos que alteren su actitud.


Una desventaja es que, casi siempre este amor tiene tiempo de caducidad, y aunque a veces puede durar unas semanas más de lo que pensabas, no deja de ser un amor fugaz.  Conoce otras desventajas que podrían suceder:

Solo uno quiera compañía para las vacaciones y el otro termine súper enamorado. Por eso, es súper importante que, desde el principio, quede claro qué es lo que cada uno está buscando, para que no hayan corazones rotos.

Acostumbrarse  a un tipo de relación que no podrá ser igual, una vez empiecen de nuevo con sus actividades diarias. Pues no podrán verse todos los días o hablar a cualquier hora. Recuerda que solo fue un amor de verano.


Si esa persona es de otra ciudad.... ¡todo se complica! pues, mantener una relación de lejos no es tan sencillo como parece y se necesita de muchísima madurez para poder sobrevivir a ella.

Cómo sobrevivir a un amor de verano

Saber si una personas se acerca a ti con ganas de ser solo un amor de verano es súper complicado ya que es imposible adivinar si las cosas van a seguir funcionando cuando vuelvas a tu rutina. De cualquier forma, lo más importante es que estés preparada para dejarlo ir y que en ningún momento te quite la tranquilidad. Sigue estos tips y vívelo.

Disfruta el momento, la clave está en disfrutar el presente. No dejes de tener un amor de verano por miedo a perderlo; será una experiencia bonita pero puede que no dure toda la vida.

No le preguntes por noviazgos del pasado, evita saber sus horarios ni investigues todo sobre su vida. Si lo haces, tendrás un millón de razones para estar pensando todo el tiempo en esa persona, y cualquier cosa te la recordará.


Ten presente que la relación es muy flexible y se van a ver cuando los dos quieran y puedan, sin presiones y sin esperar mucho a cambio, tan solo para disfrutar de su compañía y pasar un buen momento.

Costumbre o Amor

 

Amor o costumbre, ambas marcan una enorme diferencia, solo está en qué tu seas sincero contigo mismo antes de dañarte y dañar a tu pareja.

Esta es una de las preguntas más frecuentes que se realizan las parejas que ya han entablado una relación de varios años. En sí, cuando es amor lo que sientes por tu pareja es probable que esta interrogante ni siquiera te pase por tu mente, ya que tú estás para demostrar este sentimiento de las diversas maneras que existan, ello para lograr felicidad mutua y compromiso. Por otra parte, cuando el amor es costumbre tu relación se basa en preocupación, agobio, frustración, todo lo vas a ver desde el mismo plano.

Una relación se basa en argumentos verdaderos, hábitos, experiencias y demás que hacen preguntarse si es amor o es costumbre.

Para comenzar, que quede claro que el amor es el sentimiento más hermoso que una persona puede recibir y dar a alguien, éste debe ser desinteresado y expresado de diferentes maneras. Si bien sabemos, en las relaciones de pareja recién iniciadas día a día se van presentando nuevos retos, ello es lo que la hace no verse monótona y así poder compartir con la pareja diversas experiencias y actividades, es algo que se disfruta. Sin embargo, cuando se está en una relación de muchos años se tiende a caer en la misma rutina, todo se ve igual desde cualquier perspectiva, se cae en el aburrimiento, se comienza a desgastar la relación, ahora ya no se disfruta convivir con la pareja, se siente agobio en la relación y lo afectivo (sentimientos) pasa a segundo término, lo cual, en la mayoría de los casos tiene dos panoramas: llevar al fracaso las relaciones y por otro lado, las que deciden continuar en ellas pese a que la tristeza forma parte de su vida.


Razones que hacen que las personas permanezcan en la misma relación pueden existir muchas, por ejemplo: miedo a quedarse solos, prejuicio social, inseguridad, autoestima, etc.

Amor

Regresando a la pregunta de este artículo, para muchos es muy difícil de responder ¿Es amor o es costumbre?, por tanto, también será difícil llegar a tomar una decisión. Así que, comencemos por definir amor.

El amor es un sentimiento que llena a toda persona de emoción, ilusión, alegría y una vida de felicidad y más cuando se ve a nuestra pareja. Es aquella sensación de hormigueo o mariposas en el estómago, en entregar lo mejor, en hacer detalles y estar al pendiente uno del otro, saber dialogar, comprenderse, respetar las decisiones de la pareja, amar desinteresadamente, pero en especial, siempre querer bienestar para la persona a la que se ama.


En el crecimiento de una relación el amor se fortalece a través de comprender y saber aceptar situaciones o experiencias que a veces llegan a tambalear la estabilidad, así como a saber perdonar y agradecer. En esta etapa, cuando la relación se fortalece, las personas sienten esa libertad de poder irse cuando ellos lo deseen; sin embargo, cuando se ama la pareja se quedará porque así lo desea, lo necesita y lo quiere. Además, en una relación se busca amar, más no lastimar e imponer; sobre todo, en este punto, tú serás consiente que el amor más grande y poderoso es el que sentimos por uno mismo, y está es precisamente una de las claves que nos ayudan a entender si es amor o costumbre.

Cuando el amor pasa a ser costumbre, algo que podría ayudarte a dar respuesta a la pregunta del artículo, es marcar distancia, es esa situación te darás cuenta qué te hace más feliz, estar lejos de tu pareja o no; te ayudará a identificar en qué situación la felicidad es menos esquiva. Además, una vez que se pierde el respeto, el interés de lo que sucede con tu pareja, cuando solo es apego emocional o porque se ha compartido un periodo largo de tiempo y tienes dependencia emocional, lamentablemente tu amor ya es costumbre.


Cuando has identificado que lo que pasa entre tu pareja y tú solo es costumbre, se recomienda alejarte antes de que ambos salgan lastimados, presenten depresión. En el peor de los casos, de destruirás y tú o tu pareja serán esclavos del sufrimiento y todo por no saber cuándo decir adiós. No obstante, no toda la responsabilidad de la autodestrucción cae en una sola persona, no, recuerda que una relación se conforma por dos, entonces, ambos fueron cómplices de la necesidad, de la rutina y lo peor, de compartir y vivir en la misma miseria. Ello lleva a que las personas pierdan autoestima, que a futuro le cueste trabajo poder salir adelante y a tener confianza en sí mismos.

Cómo saber si es costumbre lo que se vive en una relación

Este punto lo explicaremos de la siguiente manera a fin de que tú lo entiendas.

Un indicador claro y preciso y que podrás poner a prueba es alejarte de tu pareja. Vamos, ten valor y hazlo antes de que ambos sufran y se destruyan. Es normal que estando separado de tu pareja, lo que le suceda a él o ella, por el tiempo que han compartido juntos, te llevará a que no sientas indiferencia, pero sí a reconocer que el alejarte de tu pareja fue lo mejor, ello pese a que desde tiempo antes tu no aceptaras que estarías mejor sin ella o él, porque tu relación ya no la disfrutabas, al contrario, te cansaba, pero la rutina tenía mayor peso.

Cuando la rutina haga mella en la relación y ya no sepan cómo seguir adelante juntos, una terapia de pareja puede ayudarlos a reactivar el amor.

¿Qué pasa si no sabemos diferenciar?

Sucede que, al no comprender si es amor o costumbre, lo que se vive en una relación será una vil mentira, engaño e hipocresía, lo cual impide que la persona tenga el valor de abrir los ojos y alejarse de su pareja. En estos casos, es al tiempo al que se le deja poner cada cosa en su lugar; pero, la desdicha, la amargura se reflejara en su rostro.

Otro aspecto que surge, es que el silencio hablará más que las palabras. Cada quien seguirá su rutina, la llama de la pasión se estará extinguiendo y ambos jugarán a ser felices.

Tomar 

EL OLVIDO DE UN AMOR QUE NO SE PUEDE BORRAR

“Cómo olvidar un amor imposible” es algo que se preguntan muchas personas. En la vida real, a diferencia de las películas románticas, no siempre se pueden derribar todos los obstáculos y lograr que el amor prevalezca.


A veces hay amores imposibles que no producen satisfacción, sino que se enquistan en lo más profundo del corazón y provocan mucho daño. En esos casos, lo mejor es aceptar la realidad y aprender a olvidar a esa persona, pero olvidar a alguien a quien amamos, aunque ese amor nos duela no es tarea fácil.

Amor no correspondido

En una ocasión alguien afirmó que “no hay amores imposibles, sino amantes cobardes”. De hecho, muchas personas dejan de luchar por un amor debido a obstáculos que en realidad se pueden sortear, como pueden ser las diferencias sociales, la distancia geográfica o incluso la diferencia de edad.

Sin embargo, hay amores por los que no vale la pena luchar, esto sucede cuando no hay reciprocidad, lo que conocemos como un amor no correspondido, como cuando una de las personas no siente lo mismo por el otro, ya tiene pareja o tiene una orientación sexual diferente. En esos casos, aferrarse a esa ilusión significa hacerse daño.

El amor es cosa de dos y no podemos exigir al otro que nos quiera, por lo que cuando nos enamoramos de una persona que no puede o no quiere correspondernos, se convierte en una misión suicida.


¿Por qué nos empeñamos en un amor imposible?

Los amores imposibles son típicos de la etapa adolescente, el estudiante que se enamora del profesor es un ejemplo clásico. Sin embargo, a medida que maduramos estos amores quedan atrás y el objeto de nuestro deseo comienza a ser una persona más similar a nosotros, que comparte nuestros gustos e intereses.

No obstante, hay quienes se sumergen en un bucle de relaciones imposibles que nunca llegan a buen puerto. Veamos algunas de las causas por las que nos obsesionamos con alguien que no nos corresponde:

En algunos casos la persona realmente no está buscando una relación de pareja estable, sino que puede estar escondiendo un temor al compromiso. En la práctica, ese amor imposible es un truco para mantenerse alejada de relaciones reales y de los “riesgos” que estas conllevan.

Las personas con baja autoestima y tendencias masoquistas a nivel emocional pueden tener la idea inconsciente de que ellos no merecen tener una relación de pareja sana y estable, y se embarcan en relaciones imposibles.


Cómo olvidar a alguien

Otras veces nos empeñamos en un amor imposible porque lo idealizamos, creemos que si esa persona nos amase nuestra vida sería mejor o más completa. En realidad no nos enamoramos de la persona en sí, porque en la mayoría de los casos no la conocemos lo suficiente, sino de la imagen idílica que hemos formado, nos enamoramos de la persona que nos gustaría que fuera.

En otros casos simplemente nos sentimos atraídos por algo que tiene sabor a prohibido, como ser el amante de otra persona que ya tiene pareja. Por consiguiente, ese amor se convierte en un reto, un desafío. De hecho, si la persona comienza a interesarse realmente por nosotros y el amor se materializa en algo real no es extraño que la relación pierda automáticamente su encanto. Otras veces, cuando nuestra autoestima está condicionada al logro,  conseguir el reto de que alguien deje a su pareja por nosotros supone una prueba de que somos valiosos.

¿Por qué es tan difícil olvidar un amor imposible?

Casi siempre, cuando una relación de pareja llega a su fin, es porque ha atravesado por una serie de fases que la han conducido al desencanto. Por eso, aunque la ruptura suele ser dolorosa, tarde o temprano logramos pasar página. Sin embargo, en los amores imposibles la decepción no llega, nos quedamos permanentemente ilusionados. Entonces olvidar equivale a dejar atrás un sueño.

No obstante, vivir atados a un amor no correspondido implica maniatar nuestra vida emocional. Cuando nos llenamos de ilusiones que no se concretan, no solo nos hacemos daño, sino que nos impedimos encontrar a una persona que realmente pueda satisfacer nuestras expectativas. Apostar por un amor imposible es como hipotecar nuestras emociones, es como cultivar sin la posibilidad de ver los frutos. Por eso, a largo plazo, este tipo de amor provoca una gran frustración.

¿Existe una predisposición a involucrarse en relaciones imposibles?

Hay personas que son más propensas a involucrarse en este tipo de relaciones, ya sea por sus características de personalidad, por sus creencias, su mentalidad o por la educación que han recibido.


Las personas con una baja autoestima pueden ser víctimas de este problema ya que, en el fondo, creen que no merecen una relación real por lo que se fijan en personas que no les pueden corresponder.

Las personas que han sido educadas haciéndoles creer que no valían nada, también tienen mayores probabilidades de caer en un mecanismo de auto-sabotaje. Aunque sean adultas, siguen creyendo que no merecen conseguir las cosas buenas en la vida, como una pareja que las ame y apoye, por lo que se fijan en relaciones imposibles y así confirman la imagen que tienen de sí mismas.

Las personas con tendencias masoquistas también suelen sentirse tentadas por los amores imposibles ya que esta “relación” satisface sus ansias de sufrimiento y dolor. De hecho, un estudio realizado en la Universidad de Michigan demostró que el rechazo de una persona activa las mismas áreas del cerebro que se movilizan cuando experimentamos un dolor físico.

El problema de base suele ser un monopolio emocional. Es decir, cuando una persona ha crecido marcada por una emoción negativa, como puede ser la angustia o la sensación de rechazo, tendrá la tendencia a involucrarse en situaciones que generen esa emoción. Por consiguiente, un amor imposible les permite perpetuar las emociones que vivieron en su infancia y mantenerse dentro de un círculo autodestructivo, que es el único que conocen.


¿Cómo olvidar un amor imposible?

Si has caído en las redes de un amor imposible y no es la primera vez que te sucede empieza por mirar dentro de ti y encontrar las causas que te llevan una y otra vez por el mismo camino. Pregúntate por qué te enamoras de personas inalcanzables. Quizás descubras que tienes miedo al compromiso, que no estás preparado/a para enfrentarte a una relación sentimental o que estás repitiendo experiencias emocionales que provienen de tu infancia.

Hay quienes “disfrutan” de ese amor idílico porque se sienten relativamente cómodos en la zona de confort que han creado y les aterroriza la perspectiva de iniciar una relación de pareja real, en la cual tienen que abrirse emocionalmente a otra persona.

Sea cual sea la causa, sé sincero contigo mismo, quizá en este punto te ayude un profesional de la psicología, ya que te brindará una perspectiva objetiva y te ayudará a conocerte mejor a ti mismo.


amores imposibles

Cómo olvidar a alguien en tres pasos

Si necesitas saber cómo olvidar a alguien porque sabes que es un amor imposible sigue estos tres pasos:

El primer paso es tomar la decisión firme de hacerlo. Esto, aunque pueda parecer de perogrullo, puede resultar muy difícil, ya que muchas veces nos resistimos a olvidar a una persona o hacer lo necesario para ello, cómo evitar el contacto por un tiempo, porque nos aferramos a la idea romántica de que, cómo en las películas, un milagro va a suceder y vamos a alcanzar la felicidad con esa persona y, por otra parte, siempre cuesta separarse de la persona amada o hacerse a la idea de que nuestro amor es un imposible.

Para tomar esta decisión es importante que seas realista y pienses en tu felicidad. Si seguir enamorado/a de esa persona te hace daño, quizá sea el momento de pasar página.

El segundo paso consiste en sentirte bien contigo mismo/a. Si no te sientes a gusto contigo, si no te amas lo suficiente, entonces no estás preparado/a para comenzar una relación de pareja saludable. No olvides que los conflictos internos son la causa más común de los problemas de pareja.

LOS JOVENES SI TIENEN UN CONCEPTO DEL AMOR

 Los jóvenes viven todo con pasión, incluidas las relaciones de pareja. Aún así, la percepción de estos en torno al tema de las relaciones amorosas ha cambiado drásticamente con el pasar de los años.

El sexólogo forense Juan Carlos Malavé Rexach explicó que este cambio ha sido específicamente en el apego, intimidad y la responsabilidad social.

Según el artículo ¿Cómo viven el amor los adolescentes de hoy?, la nueva generación ha rechazado el típico amor de cuentos de hadas. Los jóvenes de hoy apuestan por un cambio, donde las princesas no sean rescatadas por príncipes, sino por ellas mismas.

Por ejemplo, el psicólogo clínico Miguel Pagán explicó a Es Mental que la mayor parte de las consultas que brinda es por temas amorosos.

“Yo creo que la gente joven tiene mucha confusión, la gente practica lo que se llama la monogamia serial, van de relación en relación y más bien tanteo y error. Pues nadie quiere estudiar, pausar y estudiar la ciencia del amor”, agregó.


Por su parte, la psicóloga clínica Rina Alonso estableció que el amor en esa etapa de vida de los jóvenes suele mezclarse con sus metas y sueños.

En la misma línea, el doctor Pagán añadió que la etapa de 20 a 25 años es aquella de preadultez, que aglomera ciertos eventos y situaciones en la que los jóvenes tienen que afrontar cómo separarse de la familia, con un proceso de independencia, manejar las finanzas, entre otros.

Aún así, esto no quiere decir que por ser una etapa de juventud no habrá compromiso, al contrario, la psicóloga afirmó que sí existe, pues cuando los jóvenes se enamoran pueden tener un gran nivel de compromiso.

“Son jóvenes que se graduaron. Entonces, empiezan a trabajar el “Yo”, esa parte del individuo que está, que quiere estudiar, que algunos están trabajando, y formando sus planes de vida, sus proyectos de vida, y eso obviamente, si tienen una relación de pareja, a más formados están y mejor les va en esas metas y proyectos de vida, pues obvio mejor les va a ir en su relación de pareja y con más seguridad se van a sentir en esa relación, en ese amor”, estableció Alonso.

Precisamente, como generación joven, se viven diversos cambios mentales, sexuales e incluso hasta demográficos, los cuales pueden afectar la estabilidad de un individuo.

Enamorarse va más allá de lo físico, es más bien tener capacidad de establecer un vínculo afectivo con alguien, de expresar y compartir los sentimientos más íntimos, añadió la psicóloga.


En entrevista con Es Mental, el profesor Malavé Rexach estableció algunas de las razones por las cuales, en base a sus conocimientos, han cambiado las perspectivas de los jóvenes en el amor y relaciones amorosas.

El profesor explicó que han cambiado varias necesidades, específicamente, lo que se llaman las necesidades complementarias, lo que se refiere a buscar a alguien que complemente al individuo. Por otro lado, la necesidad del reforzamiento y apoyo, pues esta generación busca constantemente que se le refuerce.

Y por último, la necesidad de intercambio. El experto dio el ejemplo de cómo antes la responsabilidad económica la tenía el hombre de la casa, mientras que ahora los jóvenes quieren balancear e intercambiar la responsabilidad. Además, la necesidad de equidad.

Las cosas no son como antes


Según Elsa Punset, escritora y divulgadora en la aplicación de la inteligencia emocional, el amor y el miedo son los polos opuestos de los seres humanos, más aún en los jóvenes.

De acuerdo con el profesor Malavé Rexach, la elección de tener una pareja amorosa tiene dos vías pues generalmente la gente es más racional de lo que desea en una relación amorosa o es emocionalmente intuitiva.

En la generación de los abuelos y padres de estos jóvenes, los casamientos en edades de 15, 16 y 17 años eran bastante usuales, según los expertos.

Según la experiencia de la psicóloga clínica Alonso, actualmente hay más convivencia que casamientos.

De acuerdo con el doctor Pagán, según las estadísticas los casamientos a partir del año 2017 bajaron drásticamente. De unos 15 mil, 13 mil, y 16 mil casamientos por año, bajó a seis mil aproximadamente.

Asimismo, el doctor agregó que la tasa de casamientos felices es sumamente baja, de 8 a un 12%, pues el nivel de satisfacción marital es bien bajo. Además, el experto afirmó que la tasa de rupturas en las personas que conviven es altísima, casi igual que el divorcio.

Sin embargo, Es Mental realizó una encuesta en la que participaron aproximadamente 891 jóvenes de 20 a 25 años, donde un 52% dijeron sí al compromiso de casarse. Por su parte, un 31% prefieren convivir.

Tambien, en el tema de los hijos, la doctora Alonso mencionó que lo mas que ha visto es la opción del aborto y los metodos anticonceptivos desde muy temprana edad. “Se quieren cuidar y no quieren tener hijos por el momento, ya que tienen otras prioridades”, agregó.


La encuesta realizada reveló que un 56% desea tener hijos mientras que un 28% optó por la opción de “tal vez” y un 15 % dijo que “no”.

Un 92% de los encuestados desea tener una relación completamente permanente.

SI SE PUEDE ENAMORAR A SU PAREJA

 

Las rupturas o los distanciamientos no siempre son definitivos. Reavivar el amor es posible

Las crisis sentimentales son situaciones habituales en una relación de pareja. Atravesamos ciclos donde debemos asumir que nada volverá a ser como antes.

No hay vuelta atrás en muchas situaciones, pero en otras hay esperanza: arreglar los problemas de una pareja es posible. Aplica estos 8 trucos y verás cómo se vuelve a encender la chispa del amor.

Un proceso de duelo


Cuando aparece una ruptura o la pareja se distancia, los sentimientos que aparecen son similares a los procesos de duelo. Sentimos vacío, sensaciones de pérdida y visión negativa sobre el futuro. Aparece tristeza, apatía y alteraciones en el sueño y el apetito.

Esta etapa puede llegar a crear alteraciones emocionales en la persona, como la ansiedad, la depresión y la baja autoestima. Sin embargo, no siempre es definitivo, ya que se puede recuperar el amor y reconquistar a nuestra pareja.

Revive el amor

Para lograr revivir el amor debes tener en cuenta 8 puntos imprescindibles:

1. Tiempo. Ambas partes necesitan tiempo y espacio para reformular la situación. Ciertas emociones negativas deben ser aceptadas y digeridas. Una vez logrado este espacio, podemos empezar la reconquista. Un periodo sin contacto y sin comunicación suavizan las cosas.

2. Muestra interés. No esperes que la otra persona sea la primera en contactar. Existe un sentimiento muy común de esperar a que sea el otro el que dé el primer paso como muestra de interés. Con esto, no siempre acertamos, hay muchas variables en juego. De todos modos, es un buen acto que seas tú quien dé el primer paso.


3. Pregunta al otro. Una vez que hemos dejado pasar tiempo, debemos saber si el otro está interesado en intentar recuperar la relación.

4. Analiza cada error. Empieza por ti mismo, por todo aquello que no hiciste bien. De la forma contraria, no asumiremos responsabilidades y acabaremos culpabilizando al otro.

5. Mejora tu actitud. Pese a que la situación es dolorosa, el victimismo e inundar al otro con sentimientos negativos acaban trayendo malos resultados. La actitud debe ser abierta y basada en la cooperación y el aprendizaje mutuo.


6. Vuelve al pasado. Basarnos en lo que teníamos al principio de la relación nos ayudará. Conecta con aquellos elementos presentes cuando el otro se sintió atraído por ti. Esta vuelta al pasado revive el amor y despierta emociones positivas en la pareja.

7. Sé sincero. Al analizar los errores que tú mismo cometiste, debes también comunicárselos al otro. De esta forma, seréis más consciente de las cosas que hicieron que todo saliera mal. También demuestras empatía, comprensión y predisposición a solucionar y corregir todo aquello que no funcionó.

ADOLECENTE O NO DISFRUTA EL AMOR DE VERANO

Se los puede encontrar en un viaje, de veraneo por la playa, en apps para ligar, en redes sociales o en el lugar más inesperado… ¡Hablamos de los amores de verano! Sí, los mismos que hemos visto en películas, leído en libros o fantaseado en canciones. Esos tan intensos y a menudo inolvidables. Son líos, aventuras o relaciones normalmente fugaces que saben a playa, vacaciones, y, sobre todo, a libertad. Pero, ¿son amores reales o espejismos de enamoramiento?

¿Lo sufren solo los jovenes o pasa a cualquier edad?¿La tecnología los ha hecho más atractivos? Los amores de verano son una de las trampas de cada estación estival… en la que todos podemos caer. Al menos el 61% de los españoles ha disfrutado o ha padecido, según como se mire, un amor de verano, publicaba la plataforma gratuita para conocer gente Mobifriends en 2019. Incluso hasta muchas personas casadas buscan una aventura cuando aprieta el calor, o así lo refleja la última encuesta de la web de encuentros extraconyugales Gleeden, que registra picos inusuales de conexión que puede llegar a aumentar hasta un el 80% durante los días de más calor. Y, según su estudio, más del 70% de las personas casadas experimenta problemas con su pareja en esta época del año. Horizontal Los amores de verano se caracterizan por su carácter fugaz, su temporalidad, y eso les otorga más intensidad Drazen_ / Getty Images Circunstancias idóneas Más testosterona, más libertad, más vida social, menos ropa... El amor de verano es tan curioso que hasta la ciencia se ha metido entre sus sábanas para investigar al respecto. Y ha llegado a conclusiones interesantes.

La primera es que el enamoramiento tiene una base biológica , según las pesquisas de investigadores como Cindy Hazan, de la Universidad de Cornell de Nueva York, y de Helen Fisher, de la Universidad de Rutgers, en Nueva Jersey. La segunda es que la hormona más implicada en el deseo sexual y el amor, la testosterona, aumenta cuando el día es más largo y, por lo tanto, esta más presente durante el verano. “En la época estival se dan las circunstancias idóneas para que haya más flirteo. Hay menos horarios, más libertad, más vida social y las actividades de ocio predisponen a las personas a ser más conscientes del propio cuerpo y de la sexualidad, por ejemplo el ir en bañador o asistir a más fiestas donde hay alcohol”, explica Connie Capdevila Brophy, psicóloga clínica y terapeuta de parejas. “Y es que en verano los adolescentes pueden sentir una libertad que no sienten durante el periodo escolar, igual que no la sienten los adultos durante el periodo de trabajo habitual, porque en ambos casos están con gente que no les conoce en el contexto diario”, agrega Capdevila, que es también vocal de la junta de gobierno del Col.legi Oficial de Psicología de Catalunya . ¿Por qué son tan intensos? Los amores de verano se caracterizan por su carácter fugaz, especialmente porque están vinculados al lugar donde transcurren las vacaciones y, lamentablemente, estas no son eternas.

“En ocasiones las personas son de diferentes ciudades, y esto dificulta que la relación pueda mantenerse en el tiempo; quizás son más intensos si cabe por ser evidente esta realidad, y se trata de disfrutar de cada minuto con mayor afán, ya que se duda mucho sobre la duración de este tipo de relaciones”, comenta Helena Calvo, psicóloga y coach especializada en relaciones sentimentales y personales. La intensidad se debe especialmente a ese carácter temporal, insiste Calvo, que es también experta en reparación de traumas con neurociencia. “Cuando la persona siente la dificultad de permanencia de estos amores –añade–, lo idealiza y hace que todo se vea más bonito de lo que es, y se enfoque en lo positivo, en lo que dejará de tenerse”. Es más, según la experta, como apenas duran unas semanas, no da tiempo a pasar de la fase de enamoramiento e idealización a la etapa de un amor más estable donde se ven tanto las cualidades como los defectos y de qué modo encaja esto con nuestra persona y situación. “Es por esto por lo que la persona queda atrapada en una imagen algo irreal de la otra persona, donde las expectativas juegan un papel fundamental”, puntualiza Calvo.

Como a penas duran unas semanas, no da tiempo pasar de la fase de enamoramiento e idealización A nivel químico, estos amores románticos suponen una gran cascada de hormonas y neurotransmisores en el cerebro y esto podría explicar también la intensidad, que también se acentúa por el hecho de que no se tiene el trabajo o la escuela de por medio, razona Connie Capdevila. “Estamos más predispuestos a experimentar y a disfrutar con todo, el nivel de estrés ha caído en picado y está descansando en nuestro domicilio, dejándonos libres y dispuestos para disfrutar y entregarnos a ‘lo que surja’. El ‘qué más da’ se impone sobre el resto de argumentos”, complementa Calvo. En resumen, con apenas unos estímulos, las expectativas de exprimir las vacaciones a tope se disparan, y nada nos hace reprimirlas ni contrastarlas con lo apropiado o lo que más nos conviene. “Las más horas de luz, el calor que nos permite mostrar nuestros cuerpos, o los vivos colores de la ropa colaboran como ingredientes complementarios a lo que ya de por sí tiene una fuerza arrolladora”, apunta Calvo. Las tecnología cambia las formas Los amores de verano son prácticamente un clásico que se repite de generación en generación. Pero las formas cambian. Y si antes uno se lo encontraba mientras veraneaba en una playa o en una discoteca, ahora ya se cuelan en el móvil. El pasado febrero, con motivo de San Valentín, una encuesta de Worten había cifrado en un 42% el porcentaje de españoles que utiliza su smartphone para ligar a través de aplicaciones. Las citas concertadas por el móvil son una realidad y notan también el tirón del verano. Y aunque los millennial prefieren llamar situationship a las relaciones temporales en una app, la aplicación de citas ‘AdoptaUnTío” ha descubierto que la búsqueda de este tipo de pareja crece hasta un 15% durante la temporada estival horizontal.

Menos estrés, más tiempo de ocio, más vida social, menos ropa... Las vacaciones proporcionan las condiciones idóneas para el flirteo AleksandarNakic / Getty Images Entonces, ¿puede la tecnología hacer que ese amor de verano se vuelva más interesante aún? “Las relaciones de época estival son divertidas de por si y añaden la guinda al verano”, dice Helena Calvo. “Esto lo saben las empresas, y ayudan a fomentar este tipo de relaciones y todo depende de las expectativas que tengamos”, matiza. Calvo valora que las apps facilitan conseguir lo que buscamos y permiten realizar una criba directa y una elección desde cualquier sitio antes de invertir tiempo en la propia cita. “La desventaja es sentirnos expuestos ante el mundo, incluso ante personas que pueden reconocernos, y eso puede hacernos sentir inseguros y echarnos para atrás y optar por los métodos tradicionales”, apunta. “Las apps facilitan la elección, pero exponen a ser reconocidos y eso a veces echa para atrás” Aunque el amor de verano es más típico en la adolescencia, eso no significa que no pueda ocurrir en otras edades, sugieren las especialistas. En la adolescencia pueden ser más intensas las relaciones porque el lóbulo frontal del cerebro, responsable de las funciones ejecutivas como el autocontrol, la planificación o la organización, se va desarrollando hasta los 25 años. “Pero puede haber amores de verano en todas las edades”, asegura Connie Capdevila.

Calvo apunta que en la adolescencia estos amores también son más frecuentes debido a la inexperiencia y a la revolución hormonal. “Les hace ser más espontáneos, y los mecanismos de control se desploman, mientras que según avanza la edad –explica–, el conocimiento de esta situación y la capacidad de control hacen más fácil que se racionalice más la capacidad de entrega sin filtro a estas relaciones”. Así, en las personas de mayor edad, aunque exista también predisposición, se bloquean muchas posibilidades porque ya se hace un balance de pros y contras. ¿Con fecha de caducidad? Los amores de verano pueden ser diferentes en cuanto a intensidad, pero se parecen mucho a los del resto del año, reconoce Connie Capdevila. Y aunque se tiende a pensar que tienen fecha de caducidad, también se debe tener en cuenta que las expectativas de cada persona son diferentes y estas expectativas tienen mucho que aportar a la hora de la atracción y de que se vaya más allá, matiza. “Sin embargo, al igual que en las relaciones habituales, se debería poder ser uno mismo, mostrar confianza o que el otro muestre confianza, y poder conectar con la otra persona”, advierte Capdevila. En ocasiones, la confusión del flechazo con el amor se produce por las expectativas. “El concepto de amor es muy amplio, pero es cierto que todo lo que envuelve a estas relaciones hace que segreguemos gran cantidad de neurotransmisores que pueden facilitar esta confusión entre si es un amor verdadero o simplemente consecuencia de todas las circunstancias que hemos expuesto”, dice Helena Calvo.

“Eso no quita que lo que ha comenzado con un flechazo se transforme luego en un amor pasajero de verano o en un gran amor más solido y permanente”, analiza. Aunque a veces la “cascada de hormonas y neurotransmisores”, según Capdevila, impide hacer buenos juicios y que ignoremos señales de alarma a las que deberíamos hacer caso. La confianza en la otra persona y el compromiso y la lealtad son fases posteriores a esa primera de atracción. Un buen aprendizaje En la vida siempre se aprende, comenta Capdevila, “y los amores de verano, cuando se terminan, si lo superas bien, también es una oportunidad de resiliencia, de conocerte un poco más y tener una nueva experiencia” de la que extraer aprendizajes. Nos ha quedado claro que los amores de verano son intensos, con fecha de caducidad y, a menudo, inolvidables. Pero cuando las vacaciones acaban toca decir adiós y aquí lo ideal, según aconseja Calvo, es contar con la anticipación, es decir, tener claro que existe una gran posibilidad de que no trascienda la relación y enfocarse en el disfrute controlando las expectativas. “Si esto no lo llevamos a cabo, la despedida será mucho más difícil e incluso traumática, dependiendo de nuestra estructura emocional previa y de si hay conflictos sin resolver”, apunta. “En este caso, es importante focalizarnos en nuestra vida cotidiana, en recuperar nuestras amistades, rutinas y crear nuevos proyectos e ilusiones”, enfatiza.

¿ NO PUEDES ENCONTRAR PAREJA ?

Qué es la dificultad para encontrar pareja?

Muchas personas experimentan una gran dificultad para encontrar pareja. El ser humano es un animal social por naturaleza, tenemos la necesidad innata de estar acompañados por otras personas y establecer vínculos sociales y afectivos. Esto se aplica también al ámbito emocional, lo que nos hace tener la necesidad de querer y ser queridos. Así, aunque no todas las personas tienen las mismas necesidades afectivas, por lo general tendemos a buscar cariño.

Tener pareja es además una opción que va más allá de las necesidades puramente afectivas. Se trata hasta cierto punto de una convención social, y en ocasiones incluso de una solución instrumental; en este sentido, no son raras las parejas que se forman por mera conveniencia, exista o no amor entre ellos. Muchas veces estas relaciones se basan en el miedo a la soledad, la conveniencia económica, o cualquier otro motivo.


Así, aunque existen excepciones, la mayor parte de las personas siente la necesidad de establecer una relación sentimental de pareja. Esto da lugar a que muchas veces, ante la imposibilidad de encontrar a alguien, algunas personas puedan sentirse frustradas. Puesto que este es un ámbito emocional tan íntimo, esta situación puede dar lugar a un gran malestar; la incapacidad para encontrar pareja puede relacionarse, como causa o consecuencia, con problemas de autoestima, inseguridad, depresión, etc.

La dificultad para encontrar pareja es, por tanto, un problema que afecta a más gente de lo que se piensa. Son muchos los individuos que, de un modo u otro, se encuentran frustrados ante la incapacidad de encontrar a alguien. Sin embargo, muchas veces esta dificultad para encontrar pareja se debe a actitudes que, consciente o inconscientemente, desarrollan estas personas.


¿Por qué motivos puedo tener dificultad para encontrar pareja?

Paradójicamente, en un mundo cada vez más interconectado y en el que tenemos mayores facilidades para conocer y relacionarnos con todo tipo de gente, la dificultad para encontrar pareja es un problema más y más común. La cuestión, por tanto, no estriba en el número de personas con el que nos relacionamos; se trata más bien de cómo desarrollamos esas relaciones, de qué tipo de actitudes adoptamos en nuestras interacciones sociales.

Lógicamente, un problema tan complejo como es la dificultad para encontrar pareja no tiene una única causa. Son muchos los factores que pueden dar lugar a esta situación, aunque cabría agruparlos en dos grandes categorías. En primer lugar, podríamos identificar los problemas conductuales, esto es, relacionados con cómo nos comportamos; por otro lado, hablaríamos de una segunda categoría, la de los problemas emocionales, referentes a cómo nos sentimos.


Problemas conductuales

·         No dedicar tiempo: encontrar pareja, como todo en la vida, establecer una relación requiere de tiempo y esfuerzo. Es fácil decir que se tiene dificultad para encontrar pareja, si no se le dedica un mínimo de empeño. Salir a conocer gente, o frecuentar ambientes donde entablar amistad con personas solteras, aunque parezca obvio, es un primer paso; desde luego, lo que está claro es que no se encuentra pareja si nos quedamos encerrados en nuestra habitación.

·         Falta de habilidades sociales: como, por ejemplo, la timidez o una mala capacidad comunicativa. Una parte importante de la seducción pasa por mostrar al mundo nuestra mejor faceta; así, aquellas personas que se retraen o que evitan el contacto con los demás, tienen una mayor dificultad para encontrar pareja.



·         Tener una actitud intolerante o inflexible: esto es un problema más frecuente de lo que comúnmente se cree. Algunas personas no tienen dificultad para seducir, pero son incapaces de aceptar a sus potenciales parejas tal y como son. Así, nadie desea estar con una pareja rígida que le diga qué tiene que hacer o cómo tiene que actuar.

·         Tener una actitud desconfiada: ya sea por la propia personalidad o bien por experiencias anteriores. Iniciar una relación implica siempre descubrir cómo es una persona, y podemos acertar con nuestras suposiciones o no. Sea como sea, se trata de un riesgo ineludible; si piensas que todo saldrá mal o que te van a engañar, posiblemente nunca puedas estar en pareja.

·         Tener creencias erróneas sobre qué es el amor: a veces, simplemente tenemos expectativas poco realistas. Ni es lógico esperar que tu pareja sea perfecta, ni se puede vivir en un estado de enamoramiento continuo. Las relaciones sentimentales, como cualquier interacción humana, implican también decepción y sufrimiento, y hay que ser suficientemente maduro como para aceptarlo.

Problemas emocionales

·         Baja autoestima: muchas veces, la dificultad para encontrar pareja surge de que ni siquiera nos sentimos merecedores de ella. Es difícil encontrar a alguien que te quiera si antes no te quieres tú. De hecho, muchas veces las personas con baja autoestima buscan como pareja a individuos que no las valoran; de este modo, se ve reforzada su autoimagen personal.

·         Miedos e inseguridades: pueden ser de todo tipo. Miedo al fracaso, al engaño, al sufrimiento, al compromiso o a madurar y asumir responsabilidades, por ejemplo. Sea como sea, estos pensamientos tan solo refuerzan la necesidad de aislarse de otras personas, por temor a ser heridos. Iniciar una relación es entrar en terreno desconocido, por lo que es imprescindible superar estos miedos.

·         Creencias limitantes: otras veces, las barreas nos las ponemos nosotros con nuestros propios esquemas mentales. Creer que somos demasiado mayores para encontrar pareja, sentirnos físicamente poco atractivos, o pensar que aburrimos a la gente, son solo algunas de las creencias que muchas veces nos autoimponemos sin darnos cuenta.


·         Amor egoísta: en ocasiones, el deseo de tener pareja está movido únicamente por una necesidad de satisfacción personal. Algunas personas intentan con su pareja rellenar otros vacíos de su vida, como la soledad o la sexualidad. Sin embargo, este no es un amor sincero, movido por el afecto desinteresado hacia el otro. Estos individuos suelen tener relaciones cortas y ser abandonados.

·         Poca tolerancia ante la frustración: se da en aquellas personas que no soportan que las cosas no salgan como desean. Esto puede suceder como consecuencia de un desengaño amoroso, motivo por el cual dejan de buscar pareja; o bien como consecuencia de la pareja no actúe como ellos desean, en cuyo caso la abandonan. Sea como sea, estos individuos suelen tener importantes dificultades para encontrar pareja.

¿Cómo saber si la dificultad para encontrar pareja está convirtiéndose en un problema?

Todas las personas están sin pareja en un momento u otro de su vida; a lo largo de los años, pasamos por distintas etapas, a veces solos y a veces acompañados. Estar sin pareja es por tanto normal y, para mucha gente, incluso deseado. El problema se da cuando esta circunstancia nos hace sentir mal, sufrir o bajar nuestra autoestima.

Evidentemente, la necesidad de no estar solo es más acuciante en algunas etapas que en otras; en la juventud o en la edad adulta, por ejemplo, tener pareja casi parece que sea una exigencia social. En la adolescencia o ya en la vejez, sin embargo, estar soltero parece algo mucho más habitual. No obstante, el factor verdaderamente crítico es la necesidad que cada persona sienta de establecer una relación sentimental.

En este sentido, hablaríamos de que la dificultad para encontrar pareja se puede convertir en un problema cuando se manifiestan una serie de síntomas o conductas negativas, como por ejemplo:


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Depresión: es un problema frecuente de las personas que desean tener una relación y no lo consiguen. Esto afecta muchas veces a su estado anímico, generando tristeza y malestar. Cuando esta situación se prolonga durante mucho tiempo, puede dar lugar a auténticos estados depresivos.

·         Inseguridad: también es una de las consecuencias frecuentes de la dificultad para encontrar pareja. Esta situación puede dar lugar a una pérdida de confianza en las propias capacidades, generando una autoimagen distorsionada. Así, las personas en esta situación, frecuentemente se perciben como menos atractivas, interesantes o carismáticas.

·         Baja autoestima: está muy relacionada con el punto anterior, aunque reviste mayor gravedad. Mientras que la inseguridad implica dudar de uno mismo, la baja autoestima podría definirse como no quererse. Este problema no solo hace sufrir a quien lo padece, sino que agrava la dificultad para encontrar pareja.

¿Existen distintos tipos de dificultad para encontrar pareja?

Como hemos visto con anterioridad, la dificultad para encontrar pareja puede venir producida por múltiples causas. Sin embargo, existen sobre esto teorías interesantes. Un autor muy reconocido es el estadounidense Robert Dilts; se trata de uno de los mayores impulsores de la Programación Neuro Linguística. Aunque la PNL ha quedado acreditada como carente de base científica, algunos de sus postulados son interesantes.

Así, según Dilts, existen tres tipos de creencias limitantes que pueden condicionar a las personas en su búsqueda de pareja:


Creencias de desesperanza

Este tipo de creencia se asocia al convencimiento de que no es posible lograr una meta a la que aspiramos. Aquí el razonamiento sería que, aunque deseemos fervientemente encontrar pareja, esto no puede ser debido a factores externos; sería el caso, por ejemplo, de aquellos casos en los que pensamos que no queda gente atractiva soltera, ya que están todos “pillados”, o que “nadie quiere comprometerse en relaciones serias”.

La dificultad, por tanto, no está tanto en la falta de capacidades propias sino en elementos ajenos a uno mismo. Esto lleva a las personas que piensan así a desistir antes de tiempo. Así, desde su punto de vista, por mucho que se intente no se podrá conseguir pareja nunca; al fin y al cabo, esta dificultad que “no depende de mí” y, en consecuencia, no puede ser evitada.

Creencias de impotencia

Las creencias de impotencia difieren de las anteriores en que en este caso dependen de uno mismo. En este supuesto, existe una meta alcanzable pero que “yo no soy capaz de lograr”. Esto quiere decir que “no tengo la habilidad suficiente para conseguir mis metas”, o que “no soy lo suficientemente bueno”.

Esto está muy relacionado con la inseguridad, en tanto que el esquema mental es similar. Las personas con estas creencias piensan que no encuentran pareja por diversos motivos; ejemplo de esto sería creer que no se es suficientemente atractivo, que se está gordo, o se es demasiado mayor. Se produce así un circulo vicioso, pues estas personas parecen realmente más inseguras y resultan menos atrayentes para la gente.



Creencias de ausencia de mérito

Por último, estas creencias se relacionan con la baja autoestima, por lo que son muy comunes. En este caso, la limitación viene no por motivos externos ni propios, sino en sentirse merecedor de algo bueno. Así, la meta es alcanzable y se cree disponer de las habilidades necesarias para ello, pero se renuncia a alcanzar esa meta porque se piensa que “no me lo merezco”.

Aunque este tipo de creencias son muy comunes, resultan difíciles de detectar ya que no suelen manifestarse abiertamente. Quienes tienen estos pensamientos creen que no encontrarán a nadie, ya que no se merecen ser queridos. Se trata de gente que muchas veces piensa cosas como “soy un fraude” o “no merezco ser feliz”.

¿Cómo se puede mejorar la dificultad para encontrar pareja?

Muchas veces el hecho de no encontrar pareja tiene una fácil solución; para ello, puede bastar simplemente con entrenar y mejorar las habilidades sociales, aprendiendo a cómo relacionarnos con otras personas. El primer paso en este sentido es conocer a gente, a partir de lo cual hay que saber elegir apropiadamente. Una vez identificada la persona adecuada, tan solo hay que aprender a seducirla, atraerla y mantenerla.


Curiosamente, la dificultad para encontrar pareja en la mayor parte de los casos viene de las limitaciones propias; ya sea por falta de habilidades o por inseguridad personal, se trata de un problema que casi siempre puede solucionarse. Esa solución, además, no necesariamente implica la necesidad de encontrar pareja. De hecho, en ocasiones puede ser mejor permanecer sin una relación, pero aprendiendo a controlar nuestras emociones al respecto. Aquí, la clave sería que la ausencia de una pareja estable no nos haga ser infelices.