Por borrar o cambiar cualquier archivo en cualquier computadora, tú, yo o el Presidente de la República podemos terminar 6 años en prisión si el gobierno no observa y devuelve la llamada ley contra ciberdelitos (Ley Beingolea) que acaba de ser aprobada el 12 de setiembre. Así de absurdo como se lee, así de absurdo es como está escrito en este remedo de ley.
Otra perla de esta ley: si usted tiene o usa una base de datos de alguna persona o más en su computadora, un mailing list en tu blog o si eres una agencia de medios, puede ser condenado a la cárcel 5 años Si dices algo en tu FB, twitter o algún comentario en la red, que pueda ser considerado discriminatorio, lo cual ya es delito y está bien que lo sea ( fuera o dentro de internet) pero es absolutamente desproporcionado y absurdo que la discriminación sola se castigue con la misma pena (4 años) que la violencia por discriminación. Además, tal como está redactada, cualquiera que exprese un punto de vista político controvertido podría enfrentar cargos criminales.
Aunque se conoce como la Ley Beingolea –porque se aprobó en la Comisión de Justicia presidida por Beingolea– el proyecto original fue presentado por Juan Carlos Eguren (PPC), y pese a los cuestionamientos y al propio reconocimiento de Beingolea de que contenía errores, la Ley nunca fue retirada y se aprobó en su comisión en setiembre del 2012. Durante exactamente un año, nadie se acordó de esta Ley, o por lo menos eso parecía a los ojos del público, pero al parecer esto estaba urdiéndose por detrás. De pronto, el jueves 21 de setiembre último apareció la Ley en agenda del pleno del Congreso. Durante el debate en el pleno, se dio cuenta de los cuestionamientos a esta ley por una gran mayoría de usuarios (por la criminalización que hacía de usos cotidianos tales como poner antivirus a una computadora; o por el hecho de que podía obligar a empresas de telefonía a entregar todos tus datos sin autorización judicial.) También en el pleno se dijo que en este último año se habían elaborado varios otros proyectos de ley –del oficialismo y otros partidos–, por lo que se anuncia que se propondrá un nuevo texto. Llaman a receso y cuando reabren el pleno horas después ¡oh, sorpresa! Ya había nuevo texto, nueva ley y solo los congresistas que estaban en el pleno pudieron conocer ese nuevo texto. Ello a pesar de que según ley, los proyectos de ley deben estar al menos siete días –antes de su debate– publicados en la página web del Congreso para que cualquier ciudadano pueda revisarla.
Tan mal hecha está que, por ejemplo, ha terminado haciendo referencia a robo agravado de “patrimonio cultural” donde se hacía referencia antes al robo de un bien o sistema informático.
Es francamente vergonzoso y preocupante que se apruebe una ley: sin transparencia, sin debate público de los usuarios afectados, haciendo copy and paste de varios proyectos sin ningún cuidado, con sospechoso apuro y poniendo en riesgo libertades básicas en democracia como la libre expresión y otras.
¿Qué nos queda por hacer? Decirle fuerte y claro al presidente Humala que la tache, que no la firme, que la observe, y que por último la devuelva al Congreso para que haga bien su trabajo, que para eso les pagamos a los congresistas, y bien. Entra a www.hiperderecho.orgy haz click en los links para mandar un twit al presidente y decirle “Presidente @Ollanta_HumalaT diga NO a #LeyBeingolea y abra debate. Defienda la libertad de expresión, innovación y la justicia” (o cópialo de acá y difunde este artículo).