ESPERA ; EL AMOR SI LLEGA

 Lo cierto es que aunque pensemos que la paciencia es de las peores cosas que se han inventado, la paciencia puede ser amarga pero sus frutos siempre son dulces. Aunque no lo entendamos, la paciencia no consiste en esperar y esperar hasta no poder más, sino que es una fuerza que emplea nuestra mente para decirle a nuestro cuerpo que todo llegará. Y así, la paciencia se encarga de recubrir todas las cosas bonitas con un halo de esperanza e ilusión en las personas que las desean.


Los impulsos, la impulsividad y el no saber esperar muchas veces nos hace cometer errores. Cuando la vida nos golpea y eso que tanto deseábamos no acaba saliendo como queríamos, creemos que nos están cerrando la puerta y poniendo un cartelito con un “no” rotundo en ella, pero en realidad, aunque no nos demos cuenta, en ese cartelito solo pone “espera un poco más”.

Aunque la velocidad no está ligada a la paciencia, no nos enseñan eso. Durante toda la vida estamos rodeados de estímulos que nos impulsan a ser los mejores, a llegar los primeros, a ser los más rápidos y a quedar siempre por encima de todo el mundo. Y con estos patrones vivimos nuestra vida. No es de extrañar entonces que existan relaciones tóxicas, parejas rotas que están juntas y enamorados que están separados. No sabemos esperar a que el amor que merecemos llame a nuestra puerta, ese amor de verdad que llenará nuestros días grises de colores y que nos hará ver la vida desde otra perspectiva. Y como no sabemos esperar, nos aferramos al primero que pasa. Y entonces llegan los problemas. Igual que cualquier éxito requiere esfuerzo y paciencia, el amor también. Y si te fijas a tu alrededor te darás cuenta que aquellos que han sabido esperar tienen amor del bueno.


Trabaja la paciencia para conocerte a ti misma, sé una persona calmada, tranquila y segura de ti misma, y eso te ayudará a afrontar las relaciones con mayor sensatez y madurez. No necesitas grandes proezas para cultivar tu paciencia, solo debes seguir estos sencillos pasos:

Respirar profundamente nos ayuda a reflexionar.

Reflexiona las razones que te hacen tener tanta prisa en conseguir lo que deseas y ponles freno.

Tómate tu tiempo y aprende a aceptar lo inesperado. La vida da muchas vueltas y muchas veces no todo sale como lo habías planeado.

Práctica la paciencia. Nadie nace enseñado y esto también debe practicarse, cultivar ese don requiere mucha templanza.

No tengas miedo a los cambios.


No te anticipes a las situaciones y no vivas en un estado de anhelo permanente. Si has vivido un fracaso amoroso, no te aferres a otro hombre solo para superarlo. Aprende a vivir sola y no desees que otro amor llene tu vida. El amor no deberíamos buscarlo, sino que debería ser fruto de esa espera constante, aunque no angustiosa. Y llega, siempre llega el mejor para los que saben esperar.