- Tres
estrategias para potenciar la RESTIENCIA ANTE LA ADVERSIDAD , según Lucy
Hone
- ¿Cómo
saber cuándo confiar en la intuición?
- El
autoliderazgo: el arte de conseguir tus sueños
Hoy es ese día. Te has vuelto a caer, has vuelto a fallar. Parece que por mucho que te esfuerces no serás capaz de conquistar esa montaña en cuya cima descansan tus sueños. Sabes que todo requiere esfuerzo, pero empiezas a pensar que quizás ya ha llegado la hora de rendirte. Quizás tanto esfuerzo ya no merezca la pena.
Pero,
entonces, comienzas a recordar todos los pasos del camino. Todo el esfuerzo, la
lucha y la constancia, todo lo que has aprendido y una pequeña sonrisa se cuela
en medio de tu rostro. Sabías que esto era duro, pero también sabes que
aunque aún no hayas conquistado la cima, has conquistado parte del camino,
parte de tu vida.
Ya no eres
la que empezó la escalada a la montaña. Ahora conoces tus límites al igual que
conoces todo de lo que eres capaz. Sabes que has aprendido mucho en todos los sentidos. Sí,
has sufrido, pero también has sido feliz, valiente, te has arriesgado y has
conquistado varios de tus miedos. Y es entonces cuando surge la pregunta,
¿vas a rendirte ahora?
“Muchos de
los fracasos en la vida suceden porque la gente no se da cuenta lo cerca que
están de tener éxito cuando se rinden”
-Thomas
Edison-
Traicionarte a ti mismo es fracasar, volver a intentarlo es luchar
Destierra
de tu cabeza al idea de que un fallo es un fracaso o de que un abandono es necesariamente un error. Un fracaso es traicionar tus valores,
es preferir el conformismo a la posibilidad cuando esa posibilidad es anhelada.
Por otro lado, no es un fracaso ser prudente; es más, la prudencia puede
ser la opción más inteligente una vez que se han agotado las posibilidades, o
las que quedan por explorar exigen un coste muy alto: más vale tirar una toalla
que una vida.
“No estoy
desanimado porque cada intento equivocado descartado es un paso adelante”
-Thomas Edison-
Volver a intentarlo con determinación hace que, de repente, todo se vuelva más simple porque eres más sabio. Te has quitado de encima la mochila de las dudas y las has cambiado por una experiencia rica en conocimiento. Las opiniones de los demás, de los que te animan a rendirte, son de los demás y por ello dejan de afectarte. Empiezas a vivir de acuerdo a lo que sientes.
Y
entonces será cuando pronto mirarás atrás y dirás: “ya pasó, lo logré”. Porque sé que podrás hacerlo.
Porque sé que eres más fuerte que nadie cuando luchas por lo que deseas, y
aunque ahora dudes, créeme, puedes. Y también sé que no es casualidad que ahora
estés leyendo esto, es porque estás a punto de tocar la cima con la yema de los
dedos. Sigue un poco más que estás a punto de llegar. Confía en ti y en todo lo
que vales!