¿Qué hacer para dejar de sentirte culpable ante tus errores?
Muchas veces en la vida hemos hecho cosas de las cuales
nos arrepentimos, y a pesar de que pasa el tiempo seguimos cargando con ellas y
sintiéndonos mal en todo momento. Entonces, ¿qué hacer para desprendernos de
ella?, de esa acompañante silenciosa a la que llamamos Culpa y está ahí solo
para hacernos sentir mal, hasta que decidamos hacer algo para cambiar ese
estado emocional.
Antes de saber qué hacer para dejar de sentirte mal por
eso que ya pasó, tienes que saber que, la Culpa es un sentimiento, un estado de
ánimo, una de las emociones más destructivas que podemos experimentar, que
suele aparecer en algún momento de nuestra vida originado por algo que hicimos
y estuvo fuera de los valores que hemos asumido como justos y positivos.
Sentimos culpa cuando nuestro comportamiento no cumple
con nuestros principios y, por ende, nos recriminamos todo el tiempo y
permanecemos encerradas en esa situación afectando gravemente nuestra
autoestima, y creyendo que no somos merecedoras de nada bueno en la vida.
Primero debemos saber que todas las personas cometemos en
nuestras vidas errores de los cuales no estamos precisamente orgullosos.
Si queremos seguir adelante, lo que tenemos que hacer es
perdonarnos por eso que ya pasó, aceptar que somos seres humanos que podemos
equivocamos y que necesitábamos de esos errores para aprender y crecer en la
vida, y que ahora que ya somos conscientes de lo que pasó, sabemos que no
volveremos a repetirlos.
Para ayudarte a que te repongas de ese sentimiento que
cargas todavía contigo, te recomiendo hacer lo siguiente:
1.- Reconoce cuál es el beneficio que obtienes al
sentirte culpable
A lo mejor tú ya conoces cuál fue el error o equivocación
que cometiste, y crees haberlo superado, pero de alguna manera te das cuenta
que sigue afectando inconscientemente a tu vida. Por eso te quiero preguntar:
¿Qué situación sientes que continúas CARGANDO sobre tus
espaldas?
¿Hace cuánto tiempo la estás cargando?
¿PARA QUÉ lo haces?
¿Cuál es el BENEFICIO que ganas por seguirla cargando?
¿Cuál es el PRECIO que estás PAGANDO?
Sé sincera contigo y CONTESTA…, solo hasta entonces
encontrarás respuestas valiosas y reveladoras para ti.
2.- Reconstruye la culpa
Ahora que ya sabes cuál es el beneficio que obtienes al
sentirte culpable, es necesario detectar cuál es el pensamiento que lo origina,
para saber qué es lo que está pasando.
¿Cómo lo haces? Reconstruyendo lingüísticamente ese
estado de ánimo.
Para ello llena los espacios en blanco:
Afirmo que hice _________________________________ (hecho
o interpretación). Escribe cuál fue el hecho o error que cometiste o creíste
cometer.
Dado que hice __________________________________ (hecho o
interpretación), pienso ó creo que ahora _________________________________.
Escribe todo lo que piensas como consecuencia de lo que hiciste, ó las razones
por las cuales crees que no está bien haberlo hecho.
Entonces, como hice lo que hice, declaro
que_____________________________. Ejemplo: estoy en falta, me equivoqué, no
estuvo bien lo que hice (y todo lo que se te ocurra).
Juzgo que debí haberlo hecho de la manera
_____________________________ haciendo caso a quienes me lo dijeron. (Escribe
cuál era la supuesta “manera correcta” de hacer las cosas).
Y por eso ahora Declaro o Concluyo que: no me merezco
nada ó merezco lo peor, y tengo que ser castigada __________________________.
(Escribe la forma en que crees que debes ser castigada). Ejemplo: ahora no
merezco ser quien soy, debo aguantar todo lo que me digan, debo hacer lo que
otros quieran, debo vivir infeliz toda la vida, etc.
3.- Perdónate y encuentra el aprendizaje
Una vez que has descubierto el origen de tu culpa, las
consecuencias y lo que crees merecerte, es hora de que te perdones y encuentres
el aprendizaje que hay en él.
Como te has dado cuenta hasta ahora, cargar con esa culpa
solo ha hecho que tu vida sea más amarga y apagada. Es hora de que dejes de
mirar hacia atrás con vergüenza, de que mires el pasado como parte de la
riqueza y plenitud de tu vida, y entiendas que no hay ningún motivo para seguirte
castigando por no haberlo hecho mejor, sino que lo hiciste tan bien como
pudiste en aquel momento.
Ahora lo que tienes que hacer es reconocer qué enseñanza
te dejó ese acontecimiento. Quizá sin eso hoy no serías quien eres. Pregúntate
para qué te pasó lo que te pasó, qué es lo bueno que puedes sacar de eso, y
libera ese pasado con amor; agradece que haya sucedido porque eso te hizo más
fuerte y mejor persona, aunque te hayas equivocado.
La mejor manera de liberarlo es perdonándote a ti misma,
y, si es necesario, pidiendo perdón a quienes crees que hiciste daño. Te
recomiendo que, si se te hace difícil pedir perdón a alguien, escribas una
carta dirigida a esa persona, aun si es a ti misma. En ella puedes contar todo
lo que pasó, cómo te sentiste a causa de aquella equivocación, y lo arrepentida
que estás; y luego, si quieres, se la puedes entregar, o basta con que la
quemes como símbolo de tu perdón y renacimiento.
Cuando redactes la carta de perdón dirigida a ti, puedes
empezar escribiendo:
Me perdono por…
… y poco a poco irá fluyendo; así podrás descargar toda
esa culpa que llevas contigo.
Al final escribe:
Con amor me perdono y libero todo el pasado. Elijo llenar
mi mundo de alegría. Me amo y me apruebo”.
Y después sigue adelante, con la cabeza en alto, porque
la vida está esperándote para que te abras a ella y te sientas digna de todo el
bien que tiene reservado para ti.
¿Cómo te sientes ahora?
Cortesia de G.